BiografiaMi nombre es Inés Hernández soy esposa y madre de tres hijos. Originaria de México. Mis padres se divorciaron cuando yo tenía 6 años. Desde muy niña me toco ayudar a mi mamá con la casa y mis hermanos.

Mi mamá emigró a los Estados Unidos cuando yo tenía 12 años dándonos a mis hermanos y a mi la oportunidad de emigrar. Gracias a eso pude llegar a California a los 17 años. Mi familia es originaria de Hidalgo, México. Mi mamá y abuela materna era las que nos daban tes y preparaban cosas naturales para curarnos. Ya que cuando mi mamá se divorció no había dinero para el doctor y apenas había para comer. De ellas aprendí los remedios caseros. Lo mejor de todo es que estos remedios funcionaban.  Comenzaba a experimentar con todos estos remedios cuando me case y mis hijos se enfermaban.

Pasando el tiempo con mi hijo mas pequeño a los 2 años note que casi no hablaba. Preocupada lo lleve al doctor. El doctor le mando a hacer unas pruebas. Los resultados dificultades para hablar solución esperar. Esperar ¡que! No lo podía creer pensaba que había otra solución. Seguí buscando y por todos lados era lo mismo. Paso el tiempo y por fin entro al prekínder ahí comenzó terapia para hablar. La terapia es lenta, pero es parte del apoyo y el sistema para ayudar a los estudiantes. Eso fue lo más fácil lo difícil fue cuando entro al kínder porque ahí si se trataba de aprender, memorizar y mostrar lo aprendido. Con déficit de atención y problemas de aprendizaje fue un reto muy grande para mi hijo. Mi inexperiencia y sin consejo o saber que hacer mi instinto de madre al querer proteger a mi hijo comencé a buscar alternativas naturales. Las escuelas tenían métodos donde se tenia que medicar a los estudiantes, pero yo quería otra cosa para mi hijo.

Trate diferentes suplementos, vitaminas, escuela para padre, consejería, ect. sin tener ningún resultado. Un día platicando con mi prima me conto que estaba tomando un jugo muy bueno que le ayudaba muchísimo. Para mi es como si el cielo se hubiera abierto para mí. ¿Acaso esto era lo que estaba esperando? ¿Sería esto lo que Dios me mandaba para ayudarme? Gastar mas dinero sin saber si le funcionaria a mi hijo. Eran tantas cosas que invadían mi mente y saber que nuestro futuro era incierto. Sin tener otra opción mejor que solo la esperanza de que ese jugo de algún modo le pudiera ayudar a mi hijo me decidí lo compre y lo puse aprueba. Este fue el comienzo de una elección que cambio no solo mi vida si no la de mi familia.

Déjame contarte primero que en la escuela de mi hijo había un sistema de calificación por el comportamiento que se calificaba en tarjetas de colores, verde siendo que te portaste super bien en el salón, anaranjada era más o menos, amarilla ya menos y la roja que era super mal. Mi hijo llevaba varias semanas en rojo y no sabía qué hacer para cambiarlo el no entendía ni sabia como cambiarlo. Cuando le di el jugo por primera vez a mi hijo con fe claro, pero sin saber que esperar.  Regreso muy contento a casa porque traía tarjeta verde super feliz, pero sin saber si era casualidad o era cosa de un solo día continúe dándole el jugo. Para mi sorpresa eso siguió pasando cada día. Mi hijo pudo enfocarse mejor y aprender con más facilidad y rapidez.

Comencé a investigar todo lo que traía el jugo no solo los ingredientes pero que es lo que hacia que funcionara. Me di una muy buena sorpresa mis oraciones habían sido escuchadas y contestadas. Comencé a usar varios de los productos para diferentes cosas y a fortalecer el sistema inmune de nuestros cuerpos. Esto cambio nuestras vidas esto se convirtió en un sistema de vida. Para mi fue regresar a Dios y todas las cosas que fueron creadas por El para siempre estar sanos y sanarnos de cualquier dolencia no importando que tan difícil pareciera ser. Me di cuenta que la sanación estaba mas cerca de lo que alguna vez había pensado. Era la naturaleza, los elementos y la energía. Mi auto descubrimiento apenas comenzaba y lo que me había dado el empujón fue mi hijo y el querer algo diferente. Comencé a utilizar la aroma terapia sanando además de las enfermedades físicas también las emocionales. Los traumas fue algo que llamo mi atención. Tenia conocidos muy cercanos que habían ido a la guerra de Irak que regresaban con traumas. Para ayudar comencé a pedir a Dios una forma de sanación que pudiera aprender que dejara ir el trauma de los cuerpos. La respuesta llego 2 años después con terapias de sanación como el reiki, healing touch, barras entre otras más. Las cuales al aprenderlas a demás de sanar a los demás me dieron la gran sorpresa de yo sanar. Con cada terapia sanaba cada trauma, cada tristeza, cada abandono, cada lagrima al final me di cuenta que la depresión que tenía por años ya no existía se borro de mi ser y nunca jamás regreso. En cada una de las terapias milagros sucedían, una familia más unida, un cuerpo mas sano, reconciliaciones de padres con hijos, de parejas, de trabajos mejores, de asensos en el trabajo de más felicidad y gozo en cada cliente.

Crear y ser ese catalizador me daba mucha satisfacción. Pero la más grande satisfacción fue el enseñar a otros lo que yo estaba haciendo.  El enseñar llenaba mi corazón de felicidad de gozo al saber que ellos llevarían la sanación a sus hogares y harían en cada persona un miagro andando. Por fin había cumplido mi sueño, de niña soñaba con ser psicóloga y sanar a todos. Al comprender que esto era un regalo y un privilegio comencé a pensar como llevarlo a más personas eso que me permitiera tener la fortuna de llegar a todos los hogares. Fue así como comencé a hacer clases en línea para mostrar y enseñar a otros a como desarrollar sus dones y habilidades.   

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